Deseo sexual

Son muchas las parejas que planean mudarse juntas luego de una relación que así lo amerite. Compartir la vida y también techo es un sueño que se convierte en una de las mayores ilusiones y pasos más importantes de una pareja.
Pero del mismo modo que tiene aspectos muy positivos, tiene otros que no lo son tanto. Si bien al principio es un sueño hecho realidad y el deseo sexual aumenta en los primeros meses, luego cae de forma sostenida en ambos miembros de la pareja.
Tanto hombres como mujeres pierden el interés por el sexo tras vivir un cierto tiempo con sus parejas o llevar más de un año con ellas. Aunque los resultados de un estudio mostraron que ellas son dos veces más propensas a perder el deseo sexual que ellos.
Según el equipo formado por científicos de distintas instituciones, como la Universidad de Southampton, la University College London, la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y la Universidad de Glasgow la razón por la que se da esto puede estar relacionado con la falta de comunicación y de conexión durante el coito.
Asimismo, otro de los motivos podría ser problemas de higiene física, teniendo en cuenta que cuando se lleva un tiempo prolongado con alguien se tiende a dejar un poco más de lado el aspecto físico o a descuidar la imagen. Según los resultados del estudio, el 34% de las mujeres admitió perder el deseo sexual, mientras que solamente un 15% de los hombres lo reconoció, aunque la mitad de ellos admitieron que esto les suponía una preocupación.
“Nuestros hallazgos muestran la importancia del contexto de la relación en el deseo sexual tanto en hombres como en mujeres. En las mujeres en particular, la calidad y la duración de la relación es muy importante en su interés”, expuso la autora principal del estudio, Cynthia Graham.

Orgasmos masculinos

El orgasmo es ampliamente considerado como el pico de la excitación sexual. Es una sensación poderosa de placer físico y sensaciones, que incluye una descarga de tensión erótica acumulada. Un estudio publicado en 1997 sugirió que el riesgo de mortalidad era considerablemente menor en hombres con alta frecuencia de orgasmo que en hombres con baja frecuencia de orgasmo.

Sin embargo, en general, no se sabe mucho sobre el orgasmo, y durante el siglo pasado, las teorías sobre el orgasmo y su naturaleza han cambiado drásticamente. Por ejemplo, muchos médicos en la década de 1970 afirmaban que era normal que las mujeres no tuvieran orgasmos.

La descripción del proceso fisiológico del orgasmo masculino en los genitales utiliza el modelo de cuatro fases de William Masters y Virginia Johnson. Cuando un hombre es estimulado física o psicológicamente, se produce una erección. La sangre fluye hacia el tejido esponjoso que se extiende a lo largo del pene haciendo que el pene crezca en tamaño y se vuelva rígido. Los testículos se estiran a medida que el escroto se tensa.

A medida que los vasos sanguíneos dentro y alrededor del pene se llenan de sangre, el glande y los testículos aumentan de tamaño. Además, los músculos de los muslos y los glúteos se tensan, la presión sanguínea aumenta, el pulso se acelera y la frecuencia respiratoria aumenta.


El semen, una mezcla de esperma (5%) y líquido (95%), es forzado a la uretra por una serie de contracciones en los músculos del piso pélvico, la próstata, las vesículas seminales y los conductos deferentes. Las contracciones en los músculos del piso pélvico y la glándula prostática también hacen que el semen sea expulsado del pene en un proceso llamado eyaculación. El orgasmo masculino promedio dura de 10 a 30 segundos.

El hombre ahora entra en una fase de recuperación temporal donde no es posible tener más orgasmos. Esto se conoce como el período refractario, y su duración varía de persona a persona. Puede durar desde unos pocos minutos hasta unos pocos días, y este período generalmente se prolonga a medida que el hombre envejece. Durante esta fase, el pene y los testículos del hombre vuelven a su tamaño original. La frecuencia respiratoria será fuerte y rápida, y el pulso será rápido.